Tipos de suelo aptos para la agricultura: ¿Cuál es el mejor?

Actualizado 15/02/2023

El suelo es el lugar donde se encuentran todas las plantas y desde donde estas obtienen los nutrientes. Como no podía ser de otro modo, el suelo juega un papel absolutamente fundamental para el éxito de las cosechas. Esto significa que para tener éxito con una explotación agrícola es imprescindible conocer cuál es el tipo de suelo apto para la agricultura.

¿Por qué es importante conocer los tipos de suelo?

Existen diferentes tipos de suelos, cada uno de ellos con sus propias características y propiedades, las cuales no siempre son las idóneas para generar los condicionantes necesarios para el crecimiento saludable de las plantas y su correcto desarrollo.

Por todo ello, conocer los tipos de suelo es de vital importancia para la implantación de los cultivos y para todos los procesos relacionados con la nutrición de las plantas, la actividad microbiana, el desarrollo radicular y la presencia de patógenos.

En definitiva, el conocimiento de las características, así como de los pros y contras de los distintos tipos de suelos es fundamental a la hora de conseguir unas buenas cosechas, que garanticen una producción de calidad y, por consiguiente, que se puedan comercializar y sean rentables.

Descubre más sobre la importancia de mantener la buena salud del suelo

Tipos de suelo aptos para la agricultura

La pregunta ¿cuáles son los tipos de suelos aptos para la agricultura? no tiene una única respuesta puesto que, para que un suelo pueda ser considerado apto o no apto para cultivar,  hay que tener en cuenta diversos factores y características.

Las variables más importantes, que sirven para determinar el tipo de suelo, son: textura, estructura, nivel de pH, porosidad y permeabilidad.

Conocer bien las diferentes características de los diferentes tipos de suelo es una información clave para saber qué tipo de suelo es apropiado para la agricultura, así como cuáles son los  cultivos más adecuados en cada zona.

La importancia del tipo de suelo

Estos son los principales tipos de suelo para agricultura:

  • Suelo arenoso

La principal característica del suelo arenoso es que está compuesto por minúsculas partículas de piedra de 0.05 a 2 milímetros de diámetro y su textura es rasposa. Es el más ligero de todos los suelos y, por lo tanto, si no existen plantas vivas en el mismo es propenso a la erosión por el agua y el viento y apenas retiene los nutrientes y la humedad.

Ejemplo de suelo arenoso en cultivo bajo invernadero. Fuente: https://sembralia.com/

La técnica de enarenado es aplicada mayoritariamente en los suelos de Almería, consistiendo en la adición de una capa de arena en la capa superior que aporta efectos positivos.

En palabras de Francisco Camacho Ferre, profesor del Departamento de Producción Vegetal de la UAL, para FHAlmería, “El enarenado de los suelos se ha convertido en una práctica por excelencia en Almería, llegando a ocupar el ochenta por ciento de la superficie invernada de la provincia. Esta técnica se basa en la colocación sobre el suelo de un horizonte impermeable que puede ser tierra de caña de treinta centímetros de espesor, encima una capa de estiércol de dos centímetros y por último una capa de arena de entre diez y veinte centímetros. Entre las cualidades positivas que presenta esta técnica destacan principalmente la acción que provoca sobre el suelo, al cual no perjudica, y sobre el agua, un bien tan considerado en el campo almeriense“

En el siguiente enlace puedes acceder al artículo completo: «El arenado y los invernaderos permitirán una agricultura rentable y respetuosa con el entorno»

  • Suelo mixto

Son suelos que encontramos en muchas zonas de cultivo. Como ejemplo están los suelos mixtos típicos de la fresa que retienen mejor la humedad, aunque siguen teniendo un alto contenido en arena. Este tipo de suelo es muy típico de la provincia de Huelva.

Existe una variante de este tipo suelo con un mayor contenido de arcilla en el campo de Cartagena, que en determinados casos se clasifican como franco-arcillosos.

  • Suelo ácido

Los suelos ácidos son aquellos que, durante la mayor parte del año, contienen un pH de valor inferior a 5,5. Se les considera suelos de baja calidad y poco saludables para las plantas, debido a sus toxicidades (sobre todo presencia de aluminio) y deficiencias (cuentan con un exceso de molibdeno en su composición), además de otras características que lo convierten en no apto para la agricultura.

  • Suelo calizo

Los suelos calizos se asocian a suelos muy poco o nada aptos para los cultivos hortícolas, por ser áridos, muy secos, duros y fáciles de erosionar. El gran problema de este tipo de suelo es que no retiene el agua ni los nutrientes el tiempo suficiente para que los cultivos puedan crecer y desarrollarse adecuadamente.

Los suelos calizos son típicos de lugares donde llueve muy poco y, cuando lo hace, tienden a inundarse: altiplanos montañosos, planicies áridas y tundras.

  • Suelo supresivo

Son suelos idóneos para los cultivos por su capacidad de favorecer la inmunidad de algunas plantas frente a determinadas enfermedades. Las especiales características de estos suelos hacen que el patógeno no llegue a establecerse o lo haga sin producir síntomas significativos en los cultivos.

Ahora que ya conocemos los principales tipos de suelo, quizás sea el momento de preguntarnos cuáles son los mejores suelos para la agricultura. En principio, los enarenados o arenados, los suelos mixtos, así como los supresivos son aptos para los cultivos.

Por el contrario, los ácidos y extremadamente calizos tienen unas características poco favorables e incluso negativas para muchos cultivos, lo que los convierten en, por lo general, no aptos para la agricultura.

Características de los tipos de suelo:

Los tipos de suelo se pueden clasificar en función de algunas características. Estas son las variables más influyentes en la calidad del suelo:

  • Textura. Es la proporción de partículas presentes en el suelo. En función de su tamaño, podemos distinguir entre suelos pedregosos (compuestos de fragmentos rocosos), arenosos (partículas de arena), limosos (predomina el lodo) y arcillosos (destaca principalmente la arcilla).
  • Estructura. Se trata de la composición o forma de los tipos de partículas, pudiéndose distinguir entre suelos con estructura laminar, prismática, blocosa, granular, y esferoidal o redondeada.
  • Nivel de pH. Es otro factor determinante, ya que el pH influye directamente en el crecimiento y desarrollo de los cultivos.
  • Porosidad. Hace referencia a la cantidad de espacio de aire (poros) existente entre las partículas que componen el suelo. Esta característica determina la cantidad de agua que puede retener el suelo, un factor clave para el crecimiento de los cultivos.
  • Permeabilidad. El nivel de permeabilidad, que es la característica que hace posible que los líquidos circulen por el suelo, depende de los poros: si son pequeños el agua discurrirá más lentamente.

Macronutrientes y micronutrientes:

Otro aspecto destacado del suelo son los macronutrientes y micronutrientes que pueden aportar a los cultivos.

Macronutriente:

No todos los suelos aportan los mismos macronutrientes ni en la misma cantidad. Los suelos considerados más aptos contienen las cantidades justas y necesarias de nitrógeno, fósforo, potasio y otros nutrientes. Esto redunda en una mayor productividad y calidad del fruto, en una mayor eficacia de los procesos energéticos y de funcionamiento metabólico, así como en un óptimo crecimiento y desarrollo.

Micronutriente:

Los micronutrientes presentes en el suelo y que, por lo tanto, pasan a los cultivos, como el hierro, el zinc o el manganeso son fundamentales para un correcto funcionamiento del metabolismo y de la actividad enzimática de las plantas, junto a otras funciones claves para su desarrollo.

Las pérdidas y excesos de nutrientes afectan negativamente a las cosechas, produciendo perjuicios económicos y provocando también problemas ambientales que afectan a la calidad del agua y aire, pudiendo acelerar el deterioro del propio suelo.

Ejemplo de suelo arenoso en cultivo bajo invernadero. Fuente: https://sembralia.com/

Potencia tu cosecha con Certis Belchim

En Certis Belchim hemos desarrollado varios productos destinados a mejorar la salud del suelo. Elemento crucial para lograr el éxito en cualquier plantación agrícola.

En lo que respecta al control y prevención de enfermedades del suelo disponemos actualmente de los siguientes productos: Valcure®, Tri-soil® , Puhsy+® y HYT-A®.  Te contamos más sobre ellos a continuación:

es un fungicida biológico formulado a base de Bacillus amyloliquefaciens subsp plantarum cepa D747 diseñado específicamente para actuar a nivel radicular para el control de enfermedades de suelo en multitud de cultivos. Posee múltiples modos de acción: colonización de la superficie radicular formando una barrera de protección en la raíz frente a los principales hongos patógenos (Fusarium, Phytophthora, Pythium, Sclerotinia, Rhizoctonia y Phoma), también posee lipopéptidos con acción fungicida, es capaz de inducir resistencias en la planta y además tiene la capacidad de promover el crecimiento

Quizá te interese:¿Qué es VALCURE®? | Bio-racionales Certis Belchim

es un fungicida biológico compuesto a base de esporas de Trichoderma atroviride cepa I-1237. Es muy efectivo contra hongos patógenos, estable a diferentes temperaturas y pH de suelo y con elevada velocidad de crecimiento micelial. Para mejorar su eficacia, se recomienda usarlo con carácter preventivo. El producto actúa a tres niveles: a nivel de planta ya que induce resistencia, aumenta el vigor y el rendimiento; a nivel de patógenos por competencia de espacio, antibiosis y micoparasitismo; a nivel de rizosfera ayudando a la asimilación de nutrientes y promoviendo el desarrollo radicular

Descubre más detalles en el siguiente enlace: TRI-SOIL®, todo un golpe Bio-racional directo al suelo

Las dosis y usos autorizados en nuestros productos se pueden consultar en sus respectivos registros en el MAPA (Nº ES-00866 para Valcure® y Nº ES-01152 para Tri-Soil®).

es un bioestimulante a base de extractos de levadura, que actúa como eficaz activador del metabolismo de los cultivos, potenciando también el desarrollo radicular y foliar de las plantas.

Para más información sobre Pushy+ te recomendamos el siguiente vídeo:  PUSHY+®, mejora el desarrollo y vigor de la planta 

  • Recientemente se ha incorporado al catálogo de bioestimulantes: HYT-A®. Un inoculante del suelo formado por un consorcio bacteriano, obtenido por un proceso patentado mediante co-fermentación, que fija el nitrógeno atmosférico en el suelo a través de un mecanismo de respiración y fermentación. Dicho proceso permite a las diferentes cepas crecer y multiplicarse de manera conjunta, generando una comunidad microbiana altamente productiva y regeneradora capaz de recuperar suelos degradados u optimizar cualquier otro suelo agrícola.

Por último, nos gustaría mencionar: SPER SAL® , un acondicionador de suelos de acción rápida formado por ácido polimaleico, que mejora la estructura y disponibilidad de nutrientes. Un producto idóneo cuando haya problemas de salinidad.

En Certis Belchim desarrollamos y posicionamos nuestros productos considerando el tipo de suelo en los que se está desarrollando el cultivo. De esta forma, potenciamos y optimizamos el suelo agrícola, de un modo sostenible y rentable para los agricultores.

Si deseas obtener más información sobre nuestros productos te invitamos a consultar la web de Certis Belchim. Si además deseas información sobre donde poder encontrarlos, ponte en contacto con nosotros a través del siguiente formulario.

Comparte este post

Post recientes