Cómo prevenir y combatir el repilo del olivo
Actualizado 12/01/2023
El repilo del olivo es la enfermedad más problemática para el cultivo del olivar, por la dificultad para prevenirlo, los daños que ocasiona y las pérdidas económicas a las que da lugar. En este artículo explicaremos qué es el repilo del olivo, cuáles son sus síntomas y los daños que causa, así como cuáles son las formas de combatirlo.
Síntomas y daños del repilo del olivo
El repilo del olivo (Cycloconium oleaginum) es un patógeno fúngico que origina la conocida mancha de la hoja de olivo o, de manera más popular, la mancha del pavo real del olivo, vivillo o ull de gall. Sus principales síntomas son la defoliación precoz de las hojas, lo que tiene una fuerte incidencia negativa en la producción y marchita a largo plazo al propio árbol.
El daño del repilo en las hojas del olivo se distingue a simple vista con facilidad porque se manifiesta en forma de manchas de color oscuro y forma circular. Puede llegar a afectar a toda la hoja y también a adquirir un característico halo de tono amarillento. En ocasiones, si se desarrollan las conidias del hongo, la coloración de las hojas con el paso del tiempo se torna oscura. En otras ocasiones, también adoptan tonos blanquecinos o grisáceos. Mientras tanto, en el envés de las hojas, los lamparones suelen concentrarse en el nervio central.
En ocasiones, el deterioro incide en los frutos del olivo, así como en sus pedúnculos. La infección, que en este último caso se manifiesta en manchas de forma alargada y color oscuro, hace que las aceitunas se sequen y se arruguen. Lo habitual es que el fruto termine cayendo al suelo junto al pedúnculo, una peculiaridad que en muchos casos sirve para identificar la causa del daño originado en el cultivo.
Cómo prevenir el repilo del olivo
Siempre es preferible realizar tratamientos de carácter preventivo frente a este tipo de infección tras la recolección y previamente al brote de nuevas yemas.
Los métodos tradicionales más utilizados para actuar frente al repilo del olivo son evitar el exceso de nitrógeno y la deficiencia de potasio y un tratamiento con base de cobre después de la poda, con especial énfasis en la zona inferior del árbol, ya que el repilo infecta estas zonas con más facilidad.
Si la plantación de olivos se encuentra en una ubicación muy sensible a la infección por repilo, hay que estar más atentos y realizar tratamientos cada vez que se produzcan lluvias e, incluso, en las estaciones de otoño e invierno debido al frío.
El principal medio de dispersión del repilo del olivar es el agua en sus más diversas formas, como la que proviene de la lluvia, del rocío o de la niebla. Las condiciones más comunes para que se genere una infección son una humedad relativa próxima a la saturación o que la hoja pase varias horas bañada en agua.
Las conidias pueden germinar con temperaturas muy variables, aunque la temperatura idónea suele oscilar entre los 18 y los 22 ºC. Es recomendable, como medida de prevención efectiva, evitar que el agua de riego llegue a estar encharcada. También se aconseja evitar que las copas de los árboles cubran con demasiada espesura el olivo, lo que impediría la ventilación necesaria.
Resistencia al repilo del olivo
Aunque no existe ninguna variedad de olivo que presente una completa inmunidad frente a esta micosis, sí hay algunas variedades que ofrecen una resistencia superior, en general aquellas de hoja y fruto pequeño.
Se incluyen en esta clasificación la Arbosana, la Galega vulgar, la Lechín de Sevilla, la Korneiki, la Manzanilla de Hellín, la Cipressino, la Pequeña de Casas Ibáñez, la de Casa Villalonga o la Farga. También ofrecen una mayor resistencia que la media, las variedades Picudo de Montoro, Megaritiki y Leccino, entre otras.
Por lo general, las variedades que cuentan con una mayor propensión a ser afectadas por el hongo son las que presentan características más diferentes a las del tipo del olivo silvestre o acebuche. Las variedades de olivo menos resistentes son las de Verdial, Arbequina, Manzanilla, Picholine Marocaine y Frantoio.
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Cabe recordar que muchos de los fungicidas a base de cobre que se emplean en el olivar no tienen autorizado este momento de aplicación en su etiqueta de registro: la aplicación después de recolección. Debemos prestar atención a esta circunstancia y usar siempre los productos fitosanitarios de acuerdo a la etiqueta de registro de cada uno de ellos.
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